miércoles, 2 de enero de 2013

Indeciso

Esperá. Aclaremos.
Sí, tengo las cosas claras. Sé perfectamente lo que quiero, lo que me gusta, lo que me interesa, y lo que no.
Tal vez a vos no te interese tanto tener certezas. O tal vez sí, pero no las encontraste. En una de esas buscás de encontrarlas con tanta fuerza que se te escaparon y se fueron por ahí, ¿viste? A todos nos pasa.
Ahora, escuchame una cosita: si te pregunto algo puntual, simple, que casi con una respuesta monosilábica queda respondido... no te digo que me contestes al instante, no soy muy ansiosa y hasta a veces tengo paciencia, pero estaría bueno, buenísimo, genial, que, por lo menos, pienses lo que te pregunté.
Y si no te gusta decidir y no respondés, callate. O por lo menos no critiques.
Sobre todo porque, después de que termino cocinando lo que se me canta porque no me contestaste qué tenías ganas de comer, no está bueno escuchar un "Mmm... por ahí podríamos haber pedido una pizza, ¿no?".

6 comentarios:

  1. eso se soluciona con el plato de sombrero :)

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  2. Jajajaj me mató el comentario de gabi xD

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  3. Dicen que la mejor defensa es el ataque, a veces, también, la mejor respuesta es otra pregunta.

    Ejemplo:
    -¿Qué queres cenar?
    -¿Y vos qué queres?
    etc.

    Saludos

    J.

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  4. Pregunta difícil de responder aquella que pregunta qué deseamos comer.

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  5. Jaja, ¡me dio mucha risa! ¡Muy bueno!
    No está nada mal la estrategia de J., ¿eh?

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