lunes, 30 de julio de 2012

Difficile


Me dan mucha bronca las minas que se hacen las difíciles.
Estaba pensando esto el sábado, que fui a un bar para cumplir mi labor de amiga, y mientras la esperaba el típico pesado viene y me empieza a hablar. Digo el típico pesado porque no vino con la mejor onda a sacarme charla, no; vino con aires de galán, tiró un "apa, qué linda que sos" espantoso, y no hubo manera de sacármelo de encima, hasta que en un momento me paré con mi botella de cerveza y me cambié de mesa.
Después, mientras seguía esperando a la piba que no llegaba nunca, me quedé pensando por qué los tipos perseveran tanto en el levante. Digamos, te estoy diciendo que no, te estoy poniendo la cara de orto más desagradable que soy capaz de hacer, todo mi lenguaje corporal grita que te vayas, y sin embargo el tipo persistía, inamovible. ¿Y sabés por qué hacen eso? Porque hay minas que, a la larga, te dicen que sí. En un principio te dicen que no, o en vez de negarse rotundamente ponen excusas, y claro, el tipo insiste y al final obtiene lo que quiere. Esto hace que el "no" esté altamente desvalorizado, al punto de que el tipo piensa que todos los NO que vos le decís, son para hacerte la difícil, hacerlo esperar, hacerle creer que sos una persona digna y moralmente correcta que no va a decir que sí a la primera, y vaya a saber qué giladas más.

Queridas colegas: dejen de usar el "no" en vano, porque hay algunas que lo necesitamos con la seriedad y la honestidad de antaño.

Aclaración: no soy la típica boluda que se cree la reina de Inglaterra y que le dice que no a todos y se la da de solicitada. Me gusta la charla, no hace falta que me roben sonrisas porque las regalo, y hasta considero las propuestas que recibo. Pero que vengan a levantarme así a lo pizzería de barrio y encima persistan aunque los saques cagando, me rompe las pelotas.

jueves, 26 de julio de 2012

Sherlock un poroto


Y mirá que estoy tranquila, feliz, con otra persona que me hace bien; y mirá que estoy a 3000 kilómetros de vos, literal y geográficamente; y mirá que cortamos hace bastante, y no porque te hayas mandado alguna cagada, sino porque yo necesitaba estar sola y sentirme bien conmigo misma; y mirá que creía que no me interesaba saber de vos...
¡Cómo me molesta esta conducta detectivesca que tengo con mi ex, de puro caprichosa que soy!

lunes, 23 de julio de 2012

Lugarcito


Ayer me regalaste algo formalmente, como un regalo, por primera vez.
Digo "formalmente, como un regalo" porque siempre tenés listo el café para mis despertares lentos, el chocolate y el helado para las películas, las zapatillas para cuando llego a tu casa con tacos y al otro día no tengo ganas de ponérmelos de nuevo; pero ayer me dijiste, "compré algo para vos, pero no es para que te lo lleves" y fuiste al placard a buscar algo. Me quedé sentada, un poco extrañada, barajando en mi mente cosas extrañas que no me podría llevar a mi casa, y me trajiste una cajita con un boxer. "La verdad que no sé si vos usás, pero sé que algunas chicas los usan de pijama, y no sé, para que no duermas incómoda..." Te interrumpí, te llené de besos, te dije "gracias" varias veces mientras te reías y me decías que era una tontera, que era un regalo minúsculo y que no merecía esa reacción.
Lo que no sabés es que ese "no es para que te lo lleves" viene a ser como cuando me compraste el cepillo de dientes: me dejás ser parte, me hacés un lugarcito, 
y no concibo regalo más valioso que ese.

viernes, 6 de julio de 2012

Autocensura

No sé qué me rompe más las pelotas: si la gente que se queja por twitter (o blogs, o redes sociales semejantes) de la realidad y de la gente que le molesta, sin poder decirlo en la cara, sin tener la valentía de exponer todas sus disconformidades con las personas que corresponden,

o darme cuenta de que en esta misma crítica me incluyo.