Leí recién una entrada de un blog que me gusta muchísimo. Además de las ganas de vivir que me transmitió, vi que uno de los comentarios era de su papá. Las palabras de amor que le dedicó son indescriptibles, de esas que llenan el alma.
Hoy le pasé la dirección del blog a mi mejor amiga, Aud. No pensaba pasárselo a nadie, por las razones lógicas. Igual no creo que se lo pase a alguien más, sino perdería mucho de lo que es para mí. Me preguntó si escribí alguna entrada sobre ella, le respondí que no (no tengo entradas sobre nadie, salvo G y algún que otro salame), y me quedé pensando en eso. Hay algo que sí me gustaría escribir sobre ella.
Una de las veces que fui a su casa, su papá estaba tocando en el bajo una canción, creo que de Led Zeppelin, y ella la cantaba. Hacían un buen equipo, sonaban muy bien, disfruto mucho de la música y la pasé bárbaro. Lo que más me gustó fue la mirada con que el papá miraba a Aud. Era dulce, llena de amor, orgullo y cariño, de alegría por poder compartir algo tan lindo con su hija mayor.
Hay padres que son muy buenos, otros que son muy malos, y la mayoría anda por el medio. Creo, sin saber casi nada de uno, y absolutamente nada del otro, que si no son muy buenos, le pegan cerquita.