lunes, 23 de julio de 2012

Lugarcito


Ayer me regalaste algo formalmente, como un regalo, por primera vez.
Digo "formalmente, como un regalo" porque siempre tenés listo el café para mis despertares lentos, el chocolate y el helado para las películas, las zapatillas para cuando llego a tu casa con tacos y al otro día no tengo ganas de ponérmelos de nuevo; pero ayer me dijiste, "compré algo para vos, pero no es para que te lo lleves" y fuiste al placard a buscar algo. Me quedé sentada, un poco extrañada, barajando en mi mente cosas extrañas que no me podría llevar a mi casa, y me trajiste una cajita con un boxer. "La verdad que no sé si vos usás, pero sé que algunas chicas los usan de pijama, y no sé, para que no duermas incómoda..." Te interrumpí, te llené de besos, te dije "gracias" varias veces mientras te reías y me decías que era una tontera, que era un regalo minúsculo y que no merecía esa reacción.
Lo que no sabés es que ese "no es para que te lo lleves" viene a ser como cuando me compraste el cepillo de dientes: me dejás ser parte, me hacés un lugarcito, 
y no concibo regalo más valioso que ese.

1 comentario:

  1. Este relato fue lo mas lindo que leí este domingo. Fue tierno. Pensó en vos y encima te lo condicionó a que sea sólo para cuando dormís con él, que se traduce en muchas noches a futuro. Que bueno que siga habiendo pibes que se animen a esto.
    Un abrazo. Diego :)

    ResponderEliminar