viernes, 12 de octubre de 2012

Gatito

Desde que cuasi convivo con G, convivo por añadidura con su gato. Es un bichito lindo y simpático, sólo me molesta que me llene de pelos o que me pida comida a maullido pelado cuando recién me despierto, pero lo compensa siendo cariñoso y compañero. Se acuesta en mi falda cuando estudio, viene a la mesada de la cocina mientras lavo los platos, y a  la mañana me camina por la espalda y las piernas para que me levante. Pasé a ser la única que lo alimenta así que el gato prácticamente anda atrás mío todo el tiempo, buscando comida o que le rasque atrás de las orejas, y la verdad es que me encanta.
Pero no sabía que eso de que los gatos vomitan pelo era verdad.
Ayer estaba acostada leyendo, G había ido a comprar chocolate, estaba concentradísima y absolutamente sumida en el capítulo de Jon Snow (qué se yo... los libros que tiene este pibe en la casa) y de golpe escucho que el gato hace un ruido espantoso, como si se estuviera ahogando. Lo primero que pensé fue "la puta madre, ¡se me muere el gato acá!". Revoleé el libro, quise salir de la cama corriendo, me enredé con la frazada, lo que hizo que perdiera el equilibrio, me caí contra el placard (de cabeza, por supuesto; la gravedad no va de la mano con la buena suerte), puteé a los cuatro vientos, al libro, a la frazada, al placard y al gato que seguía sonando a que iba a espilchar. Me saqué de los pies la colcha, y cuando estoy llegando al comedor lo veo a G que llega, me mira; yo, agarrándome el chichonazo que seguro me iba a quedar, con el pelo hecho una maraña, con el boxer para dormir medio por las rodillas, y le grito "¡EL GATO SE ESTÁ MURIENDO!". Se ríe, a carcajadas, a gorgoteos, me abraza y se sigue riendo, se le cayó el chocolate de la risa, no entiendo nada, quiero que agarre al gato porque se va a terminar de morir y me dice "Pero Juli... estaba escupiendo una bola de pelo, ¿ves? no le pasó nada". 
Miro al gato y al charco que acababa de vomitar, el flaco había pasado a limpiarse las patitas con la lengua. Estaba lo más bien. Pedazo de alarmista resultó ser.

3 comentarios:

  1. Jajaja!!! Pobre, si no sabés que eso suele ser habitual te pegás un flor de susto.
    Yo a los míos (tengo dos gatos en casa) les doy malta para que las bolas de pelo vayan a las heces (resulta súper bien, de hecho cuando no les doy la malta enseguida tosen. Se las doy cada semana más o menos, dependiendo la época, cuando pierden pelo se las doy más seguido). Acá se llama malta, es un pomo con una pasta marrón que te ponés en un dedo y hacés que el gato la lama (les suele gustar, no sé qué tiene, pero la lamen contentos). No sé cómo se llama en Argentina, pero seguro que la tienen.
    Qué graciosa la entrada.
    Besos

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    1. La verdad que sí, me asusté bastante, jaja...
      Muchas gracias, voy a averiguar si acá se consigue!! Besos!

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  2. Ay, pobre, qué susto te pegaste... Digo lo mismo que Eva, la malta es lo mejor para que no vomiten, que los pobres lo pasan mal, aunque no se vayan a morir, jeje.
    Un abrazo

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