miércoles, 1 de agosto de 2012

Perdí.


Me asusto.
Perdón, pero me aterroriza.
Es que mi mente acostumbrada a ser tan racional, a analizar cuidadosamente todo, a cuestionar cada actitud y palabra propia y ajena, a tratar de comprender las cosas de una manera casi científica y lo más objetivamente posible, sabe que cuando termine esto, no voy a estar bien.
No puede ser todo tan perfecto. Esto no va a durar mucho. Y cuando se haya ido, ¿qué?
Habituada a regular y controlar, esta catarata interminable de sentimientos me espanta. Y se multiplica. Y cada vez es más grande, resbaladiza, tiene una inercia increíble. Y me doy cuenta que ya no la voy a poder detener.
Y caigo. Me siento en caída libre, en triple mortal de cabeza, ya no tengo nada que hacer acá. No puedo predecir, no puedo intervenir en lo que siento. Me perdí. Me espanta.

Es precioso.

Obnubilación (según Fergusson-Mitchel): estado maravilloso, mágico, feliz e irrepetible previo al desastre de enamorarse.

2 comentarios:

  1. El sentimiento es mutuo, me siento totalmente identificada con ésta entrada.. despues de perder varias veces, no hacemos otra cosa que analizar cada actitud, porque nos aterroriza volver a caer.. Arriba!

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    1. Sí, es todo un tema... más que caer, la que me da más miedo es la parte de volver a levantarme, pero vamos con todo igual!!

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