lunes, 20 de mayo de 2013

De por qué mis viernes ya no son viernes


Caminar por Santa Fe y Pueyrredón un sábado a las ocho de la mañana es: viejitos en las puertas de sus casas/negocios fumando pipa o tomando mate con el termo bajo el brazo, señores con calvicie incipiente paseando perros, porteros barriendo o baldeando, algún diarero ordenando el puestito, empleados de negocios hablando entre ellos, cafés con gente leyendo el diario, grupitos de adolescentes volviendo del after, pájaros cantando por todos lados, algún que otro corredor apasionado,
y Juli, una estudiante dormilona, con el pelo mojado porque se bañó recién, con los brazos atestados de libros, caminando ligerito para no perder el 95. Viva la facu.

8 comentarios:

  1. jajaja la vida universitaria, nos hace ver esas cosas.

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  2. Vengo del blog de evaletzy y me ha encantado tu Rincón; por lo cual, si no te importa, me hago seguidor de tu Mágico Espacio.
    Abrazos y besos.

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  3. Jajaja te comprendo sobretodo porque voy por Juncal hasta Cnel Díaz, casi paralelamente :p debo sumar a la rutina que una vez a esas horas (bah, 7.30hs) unos adolescentes turistas me hicieron aplicar mi inglés patatero para explicarles que el lugar a dónde querían ir no figuraba en sus mapas jajaja.

    Cosas de la mañana porteña n.n

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  4. Me hiciste acordar al tema de Calamaro "el ritmo del lunes". Saludos!

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  5. Los sábados de facultad son terribles, pero es una experiencia linda para saber que hay vida más allá de la resaca de los viernes.

    Saludos!
    Parado en el Abismo

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  6. Qué buenas épocas!! A mí me gustaría volver a esa época la verdad.
    Tu post me dio unas ganas locas de visitar Buenos Aires. Yo vivía en Medrano y Corrientes.
    Un beso

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  7. Curso los viernes a la noche y los sábados a la mañana, mi fines de semana ya no son lo que eran, ya no son...

    Saludos y suerte!

    J.

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  8. siempre me doy una vuelta por aquí para ver qué escribís, me gusta el estilo

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