domingo, 6 de enero de 2013

Escaleras

Dos, tres.
La escalera parece interminable.
Tres, cuatro.
Lleva la cuenta desde el tercer rellano. Deberían ser veinticinco escalones más. Pero el final no se llega a ver, está en la penumbra; distingue sólo sombras. "Sólo un miserable e inhumano podría haber construido tantas escaleras", rezonga.
Cuatro, cinco.
La baranda tiene una fina capa de polvo, como si no hubiera sido usada hace tiempo. Tiene sentido, después de todo.
Cinco, seis.
No tendría que haber ido, tal vez. Pero ahí estaba, ya había subido setenta y cinco escalones, no faltaba nada.
Seis, siete.
De golpe, suenan pasos. No, alguien que sube. Alguien está subiendo la escalera detrás de él. Se asusta.
Siete, ocho.
No puede subir más rápido: su pierna malherida no le impide moverse sin antes apoyar en el escalón superior firmemente el bastón. La persona que sube detrás de él corre, él lo escucha: sube de a dos, de a tres escalones.
Ocho, nueve.
Lo siente cada vez más cerca. Ahora sabe a qué viene. Intenta apurarse. "Vamos, un poco más".
Nueve, diez.
Lo escucha jadear. Ya no falta nada. Se da cuenta, ya tarde, de que no hay manera de escapar. Un sudor frío comienza a recorrerle la frente, la nuca, la espalda.
Diez, once.
Escucha un grito, su perseguidor le grita, pero no distingue lo que dice. Entra completamente en pánico. Siente flaquear las piernas, la vista, las rodillas. El hombre lo alcanza y se detiene a su lado. "Dios mío, ya llegó", piensa, indefenso. Apoya todo su peso en el bastón y lo mira. Él le devuelve la mirada con delicadeza, con pena, casi con culpa. -Lo siento- le dice, al tiempo que lo toma de los hombros y lo empuja con firmeza por la escalera, con fuerza, para asegurarse de que su cuerpo ruede tanto como para pasar el rellano, tan sólo once escalones más abajo.
El viejo cierra los ojos, tranquilo, mirando las sombras grises, hasta que ya no ve más.

1 comentario:

  1. Muy bueno. Con las escaleras uno puede subir donde quiera y tambien bajar. Pero un empujon puede hacernos caer y depende como estemos preparados para subir, depende cuantas veces hayamos subido y bajado escaleras, podemos caer bien y seguir, y seguir subiendo o caer y no volver a levantarnos mas.

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