jueves, 22 de noviembre de 2012

Carta de Pablo a Sofía

Sofi:
Te olvidaste el cepillo de dientes, un labial, un collar con muchos colores. Un esmalte, unas alpargatas viejas, y tu cuaderno con bocetos, que enseguida volviste a buscar. Me hubiera gustado quedarme con tus dibujos, eran como cuentos cortos de lo que te pasaba. Si hubiera prestado atención a lo que dibujabas me hubiera dado cuenta antes de que no estábamos bien. O no, porque nunca te supe leer de la misma manera que vos a mí. Yo estaba enfrascado, me hacía sentir seguro y tranquilo. Ahora me doy cuenta. Nunca te gustó tener la vida armada que yo tenía, como una estructura reutilizable por tres o cuatro décadas más. La idea te espantaba.
Primero cambiaste las cortinas. Después, la frazada. Empezaste a pegar dibujitos en mis paredes, ¡en las paredes! Sofi, yo nunca había pegado ni un póster cuando era chico. Me estabas llenando de cinta scoch todo, y me encantaba.
Te diste cuenta que yo no iba a cambiar. Que pensaba ser así hasta los ochenta.
Es triste cuando alguien te deja de querer, supongo. Pero más triste es que no pase eso, sino que se vaya simplemente porque las cosas no pueden funcionar.
Que te hayas ido me dejó un vacío terrible. El problema de cuando te falta algo y sabés qué es, es que no lo podés reemplazar con nada. Y sos consciente, así, de que es imposible de que las cosas mejoren.
Me puse a leer los autores que te gustaban. Pura poesía, puros juegos de palabras, puros sueños disfrazados de letras y colores y música. Escuché a Bach, a Chopin, buscándote. Ahí estabas, del otro lado, tarareando y pintando. Pero no puedo tararear ni pintar mientras: yo cuento compases, busco escalas, identifico acordes.
Te escribo porque, al final, logré que te aparezcas, de una manera un poco extraña, tal vez. Pero me hace bien tenerte ahí.
Hice un garabato gigante en la pared con tu labial rojo clarito. Hice nubes, lluvia, y te dibujé a vos, chapoteando entre los charcos.
Antes de irme de casa te sonrío, y ahí estás. Porque ese lío de colores y volteretas sí sos vos.
Algún día lo voy a borrar, o le pintaré algo arriba. Mientras tanto, me hace bien que estés.

12 comentarios:

  1. Genial! Me pareció increíble esta entrada. Saludos!

    ResponderEliminar
  2. ¿Un romántico, o un utilitarista? Todavía no lo decido...

    Saludos

    J.

    ResponderEliminar
  3. Qué lindo!!! La imagen de él haciendo el dibujo con el rouge en la pared me parece fantástica.
    Me encantó este texto...
    Un besito, y a ver si escribís más seguido, que lo hacés tan bien.

    ResponderEliminar
  4. Bonita carta de amor, enhorabuena :)
    Un saludo

    ResponderEliminar
  5. Enhorabuena!!!
    congratulations!!
    sucefully!!

    pavadas varias.

    lo cierto es que, leyéndote, me parece que sos una divina mujer.
    Si los flacos se espantan...
    allá ellos.
    sos una divina, y no creo que me equivoque.

    Besos. besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias... Creo que sí, en parte podés estar un poco equivocado, jaja. Besos!

      Eliminar
  6. Excelente post! Te superaste ampliamente! "ese lío de colores y voltereras sí sos vos" Me en-can-to.

    ResponderEliminar