Empecé a escribir una catarsis larguísima y me di cuenta que nadie merecía tener que leer semejante boludez. Así que para descargarme de forma eficiente pero amena para usted, estimado lector, digo: yo no puedo creer cómo una puede seguir gustando de un pibe sabiendo y confirmando día a día que es un pelotudo.
Decimos que son todos iguales, pero porque nos quedamos siempre dando vueltas con el mismo.. ¡No aprendemos más!
PD.: de cualquier manera, este texto me parece inútil e inservible. Pero saber que está a la disposición de alguien en el ciber espacio es, de algún modo extraño, terapéutico.
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